¡A las armas!

Mi amigo el mosquito es un verdadero incordio. Me sigue a todas partes y me impide disfrutar de la vida. Así que cada vez que lo veo, salgo a la caza del insecto. Por lo que a mí respecta, el problema es muy sencillo: matarlo o que te pique...

Preocupada por mi bienestar, decidí tenderle una trampa con CO2 y ácido láctico. Colocada a la sombra en el fondo de mi jardín, ¡no tardará en darse cuenta! Pero nunca se sabe... Decido instalar una lámpara UV para que venga a tomar el sol junto a mi mata eléctrica...

No alimentes al mosquito