Chinches

Ah, chinches, te lo juro, ¡son mi peor pesadilla! ¿Te preguntarás por qué las odio tanto? Pues bien, imagina que estás durmiendo plácidamente y, de repente, sientes un enigmático cosquilleo. ¡Te das cuenta de que estos pequeños vampiros se están dando un festín contigo! Me siento como un tentempié para ellos.

Es como si me hubieran reservado una habitación de hotel gratis. Así que, para evitar a estos indeseables okupas, ¡prefiero declararles la guerra antes que dormir con estos parásitos nocturnos!

No alimente al mosquito